miércoles, 14 de octubre de 2009

Encerrados en El Corte Inglés 3. Vamos de compras

Iniciamos una carrera de locos hacia arriba, formando un embudo frente a la escalera mecánica. Ya no había ni civiles ni soldados, todos tratábamos de salir de allí como fuera y yo, particularmente, no era el más fuerte de aquellos hombres. Recibí codazos y agarrones pero al fin pude enfilar los escalones. Detrás de mí comenzaron a sonar disparos y gritos, pero no había forma de avanzar más rápido, pues estaba casi empaquetado entre hombros y espaldas; éramos un rebaño de ovejas perseguido por miles de lobos.
Cuando logré llegar arriba me vi en la sección de entrada al Supermercado. La marea humana no sólo se dirigía al primer piso. Como se estaba formando otro embudo al inicio de las escaleras mecánicas había gente que tomaba otras direcciones, diciendo que los ascensores eran más rápidos, que conocía otras escaleras... Yo era capaz de perderme en El Corte Inglés incluso con todo el tiempo de mundo para encontrar la salida, así que seguí al gentío. La subida hacia el primer piso parecía más lenta todavía, hasta tal punto que llegamos a pararnos, avanzando a la ridícula velocidad de la cinta automática. Eso, y los rugidos que llegaban de la planta principal terminaron por volver locos a los hombres que iban tras de mí. Primero noté un agarrón, luego un golpe en la espalda y de repente una persona pasó literalmente por encima mío a gatas, pisando cabezas y todo lo que se encontraba. Otros le imitaron y con la tromba los más débiles se fueron abajo. Llegó un momento en que ya no andaba sino que trepaba entre cuerpos derribados, cuando el atropellado no era yo.
Al alcanzar el primer piso ni siquiera eché la vista atrás. Fui al segundo y de allí al tercero. Cada vez había menos hombros con los que competir en las escaleras y la velocidad mucho mayor. En la tercera planta incluso se improvisó un equipo que indicaba a la turba hacía donde dirigirse para llegar a las escaleras del cuarto piso, situadas algo alejadas de las que proveníamos. Una vez arriba ya no había más lugares a los que huir, y en vez de guías salvadores encontramos un pelotón de soldados que iba entregando armas, tanto rifles como pistolas, palos o cuchillos. Los militares habían tenido la precaución de organizar un puesto en la cuarta planta, imaginando lo peor. Era normal, al fin y al cabo el tristemente famoso Murphy era del gremio.
Un grupo fue hacia el hueco de los ascensores y las escaleras tradicionales, mientras que otro, en el que yo estaba incluido, se quedó en las mecánicas. Había aquí dos zonas que proteger, ya que los zombies no se limitarían a utilizar las escaleras de subida. En el reparto de armas me tocó un barrote blanco y alargado, procedente de una pérgola de la exposición de muebles de jardín. Como infantería ligerísima, puesto al que parecía abocado, me tocaba la segunda línea. Delante soldados, policías y todo aquél que hubiera recibido armas de fuego.
Cada vez llegaba menos gente, hasta que el goteo terminó. En algún lugar debajo de nosotros los hombres que aún quedaban con vida tenían que haber dado la vuelta y luchar hasta el final. Sin embargo ahora no se escuchaba nada, sólo el traqueteo de la escalera mecánica. Un viejo militar se situó delante de todos y golpeó el botón rojo de freno de emergencia. El automatismo paró y entonces se hizo audible un suave lamento, lejano aún, pero que cobraba fuerza poco a poco. El militar, gordo, casi sin pelo y apenas con dos botones abrochados en la camisa, miró al improvisado batallón y dijo algo parecido a un discurso para envalentonarnos. En esencia nos dijo que si habíamos sido capaces de llegar hasta arriba eramos los hombres adecuados para frenar a los muertos, y que de todas formas no había a dónde ir. Al final soltó un ¡Viva España! que repetimos más desconcertados que patriotas, dado el escenario escogido.
El primer zombie asomó la cabeza desde abajo y fue recibido con una salva. El militar ordenó que esperáramos a que estuviera más cerca. Pronto la escalera se llenó de ellos. Era el fin.

3 comentarios:

Fran dijo...

Hola, kike me ha dado la dirección de tu blog y la verdad es, que para los amantes de los zombis, es toda una joya.

Echo de menos que el blog esté mas currado y tenga mas secciones porque es un poco caótico para leer.

Me gustaría que pudieras agregarle un addon para que la gente puedan agregarte como seguidores y tenerte mas a mano, asi te leerá muchas mas gente.

Hazte seguidor de mi blog, y apareceras con un enlace directo en el mio, ganarás lectores.

Muchas gracias por la aventura.

Yurinka dijo...

Muchas gracias por tus impresiones Fran. Kike ya me dijo que te había hablado de mi blog y que también eras un seguidor del género.
Esta semana ando un poco liado pero pronto retomaré la historia e incorporaré las mejoras que me has propuesto. La verdad es que lo empecé un poco a lo loco, con el único objetivo de contar la historia sin importar mucho el contenido y tienes razón, resulta caótico.
Un saludo

FrantXu dijo...

Necesitas que la gente sepa de tu blog, subiendo url a google y con varios trucos:
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